top of page

La Liga de Comerciantes o Serpe es una federación comercial y defensiva de ciudades del sur de Orun y de comunidades de comerciantes en el mar Central, Faras, Asha, Rhone y Mari, así como regiones que se encuentran en Nordria. La lingua franca usada a lo largo de toda la Liga es el bajo orunita. Tiene su sede en Serpennaes, una ciudad de Orun.

Las expediciones comerciales, razzias y la piratería eran frecuentes desde los tiempos de Kemal el Grande. Las dimensiones de la actividad económica en la zona fueron reducidas hasta el ascenso de la Liga. A mediados del siglo VI en muchas ciudades la burguesía se instaló rápidamente en el poder. Las ciudades orunitas y farasias lograron dominar el comercio en el mar Central con relativa velocidad, y Serpennaes fue el nodo central de todo el comercio marítimo que unía las zonas del Mar del Norte y el mar Central.

 

Los historiadores sitúan los orígenes de la Liga en la ciudad orunita de Serpennaes, refundada en una isla en 158-159 por Enrico el León, duque de Penae, sobre una antigua colonia farasia de los tiempos anteriores al Imperio. Serpennae se convirtió en una base para los mercaderes de Pennae, desde la cual podían ir hacia el Este y el Norte. Bastante antes de que el nombre Serpe apareciera en un documento (267), los mercaderes residentes en las ciudades comenzaron a fundar gremios con la intención de comerciar con poblaciones allende los mares, especialmente en las zonas menos desarrolladas del mar Central. Todo comenzaba con madera, cera, ámbar, resinas, pieles, centeno y trigo, llevados en gabarras desde las zonas interiores a los puertos. Anteriormente Dorintila funcionaba como el principal centro comercial en el Central antes de la Serpe. 

Los gremios trabajaron entonces para adquirir privilegios para sus miembros. Por ejemplo, los mercaderes de Rhone convencieron al senado para otorgarles en 517 privilegios especiales y derechos a comerciar en Orun, así como exenciones de peajes. La «Reina de la Serpe», Serpennaes, donde los mercaderes embarcaban bienes desde y hacia el mar del Norte, ganó el estatus de Ciudad Imperial en el 527, siendo la primera al oeste del río Maen en gozar de tal privilegio. Serpennaes, que tenía acceso a los caladeros de pesca más rentables, formó una alianza en el 541 con Aribinesis, otra pequeña ciudad mercantil que controlaba el acceso a las rutas de la sal de Ennesbad, además de parte de las rutas comerciales con Nordria y cierta mercadería exótica. Los nuevos aliados controlaban el tráfico de pescado en salazón, y Aribinesis con el tiempo se unió a la coalición pasando a ser miembro de la Serpe y de la Dieta de la Liga en el 560. 

La unión Serpennaes-Aribinesis-Rhone logró firmar en 552 unos tratados comerciales con Faras. De este modo, Dorintila, principal ciudad de Faras, figuró en forma destacada en el desarrollo de la Liga. Daenifael e Hircisgra también concluyeron una alianza con Serpennaes en el 559, con el objeto de emprender acciones comunes contra los bandidos y piratas. En el 566 Bagrat III de Mari dio permiso a los mercaderes de la Liga para operar en Mari, y en el 571 Harald II de Asha hizo lo propio.

El desarrollo de la cooperación comercial vino como consecuencia de la fragmentación política y territorial que creaba inseguridad e inestabilidad comercial. En los siguientes 40 años, la Liga  emergió como un conjunto de acuerdos de cooperación y confederación para colaborar en las rutas marítimas hacia Occidente y Oriente. La dirección central recayó en Serpennaes, reuniéndose allí la primera Dieta en el 582 y adquiriendo la Liga una estructura oficial en lo que se considera como su fecha de fundación.

 

La Liga tiene una estructura fluida pero sus miembros comparten ciertas características. Ante todo, son ciudades libres o que han obtenido tal privilegio por el creciente poder de la Liga. A pesar de todo, sus libertades son limitadas: en Orun significa que rinden cuentas al Senado, sin ningún intermediario nobiliario, y en el resto de los países gozan de figuras jurídicas similares. La segunda característica es su localización estratégica en las rutas comerciales. De hecho, en la cima de su poder a finales del siglo VI, los mercaderes de la Liga lograron intervenir con éxito por su poder económico y militar (los convoyes marinos iban fuertemente escoltados) en la política al impulsar el Consejo de Navegantes.

La Liga comercia principalmente con madera, pieles, resina, miel, centeno y trigo entre Faras, Orun, Nordria y Asha, y con ropa y productos manufacturados en menor medida. También se importan desde Mari minerales, como el cobre y el hierro.

El poder de la Liga ha ido creciendo: los buques de la Serpe, unidos en la Confederación de Aribinesis, libraron una guerra contra Nordria y forzaron al rey Valdemar IV a garantizarles el 15% de los beneficios del comercio nordrio en el Tratado de Stralsund del 590, además de un monopolio en la región sobre el ambar, la resina y la madera. Asimismo se emprendieron vigorosas campañas contra la piratería (Recordemos que entre el 482 y el 580 el comercio marítimo siempre se vió amenazado por los ataques de corsarios draemios).

Para asegurar las rutas comerciales y proteger las inversiones, se entrenaron pilotos marítimos y se erigieron faros. Un beneficio colateral para la Liga fue su dominio de la construcción naval, principalmente desde Serpennaes y Rhone. La Serpe vendía sus barcos por todo el continente, llegando incluso a Draenia y Mari.

Se han logrado rutas comerciales exclusivas a un alto precio. Muchas ciudades restringen a los mercaderes serpenios a ciertas zonas de la ciudad, no pudiendo apenas negociar con la población local. Además muchos nobles, mercantes y gobernantes envidian el poder de la Liga. Por ejemplo, en Nordria los gremios locales ejercen presión sobre el rey para convencerlo de anular los privilegios de la Liga. Por otro lado la negativa de los orunitas a ofrecerles contrapartidas en sus mercados ha exacerbado a la Liga. En definitiva, el inmenso poder económico de la gran Serpe no está exento de problemas.

bottom of page