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La Orden del León

 

También conocida como Orden de la Justicia en algunos lugares, se funda en el año 461 por Elkun el Avariento (el Inteligente según otros) tras escindirse de la Orden de la Rosa. Tiene su importancia sobre todo en el sudeste del continente (Media e Illia), aunque hay destacamentos incluso en Rhone o Idria.

 

Su origen se debe a un gesto heroico. La villa de Ormegnias, junto al río Emaris, había sido arrebatada a los koraaneses por los orunitas en el 447. Dada la importancia estratégica del lugar como baluarte avanzado de Orun ante los koraaneses, tras la corta posesión por parte de ciertos nobles, el senado quiso asegurar su defensa entregándola en el 450 a la Orden de la Rosa, ya que por aquellas fechas no existían muchos ejércitos regulares, ni era fácil poblar las zonas de frontera. Tras un debate interno la orden aceptó el encargo, al considerar la zona territorio consolidado, pero no sin disensiones internas. Unos años más tarde, ante el empuje koraanés, la Rosa dio la empresa por perdida, y no queriendo comprometer su proverbial neutralidad, devolvió la fortaleza al senado de Orun.

 

Ante la situación creada y el inminente peligro, el senado reunió a sus notables y ofreció Ormegnias a quien se hiciera cargo de su defensa. Entre la sorpresa y las bromas de los nobles, Elkun, notable de la Rosa y abad de la diosa Adali, así como monje guerrero del monasterio de Fitero, aceptó el reto. Al no haber alternativa, el senado cumplió su palabra, entregando Ormegnias a los monjes de Fitero mediante donación realizada el 1 de enero del 458. Ellos, por su parte, formaron en poco tiempo un ejército de más de 20.000 monjes y soldados, uniendo, a los que había conseguido organizar en las cercanías de Ormegnias, los que había reclutado Elkun entre las filas de la Rosa. Ante tal multitud, los koraaneses rehusaron entrar en batalla, retirándose hacia el sur.

 

Como el compromiso de defender Ormegnias se mantenía y resistiéndose con el tiempo los caballeros a tener por superior a un Abad y vivir entre los monjes, decidieron elegir un Maestre de la Orden para la villa. Los monjes se retiraron y los caballeros se convirtieron en una lecta de la Orden militar de la Rosa, la primera koraanesa, que adoptó el nombre propio del lugar. El primer Maestre de la Orden fue Don Aicrag. De nuevo surgió el debate interno en la orden acerca de su comprometida neutralidad.

 

La fortaleza de Ormegnias y todo su alfoz fueron concedidas a los caballeros por el senado en el 460 para proteger, tras dos años de incursiones de los koraaneses, toda la frontera este del Emaris. En abril de 460 el mismo senado concedió fuero a Ormegnias y la Dehesa de Abenójar (los alrededores) y su término fueron concedidos a la orden.

 

Pero el Abad Elkun, rabioso por como habían terminado las cosas, confabuló entre los caballeros de la lecta, con los koraaneses y con todo aquel que le escuchó, y tras un golpe de mano, varios caballeros de la Orden, con D. Martín de Siones a la cabeza, tomaron por sorpresa el castillo, transladando allí Elkun su convento y sede, que mantuvieron en su poder totalmente aislado de socorros, hasta el 461. Por ello, la lecta local adoptó el nombre de Orden del Leon, y promoviendo que la villa se reintegrase en Koraan y considerándose fuera de la Orden de la Rosa. Los koraaneses, viendo la oportunidad, y con mucha astucia, conceden la fortaleza y todo su alfoz a la nueva Orden escindida. Los leales a la Rosa tuvieron que evacuar sus posesiones y retirarse a Pontium.

 

La Orden alcanzó su afianzamiento definitivo tras la Batalla de las Navas de Calaes (472), cuando fijó su sede en la nueva y más segura fortaleza de Laen la Nueva (478), que fue construida para Mari por prisioneros koraaneses en su mayor parte, y que ya nunca abandonaría.

 

La antigua sede de Ormegnias, origen de la Orden, junto al río Emaris, pasó a convertirse en la sede de una Encomienda, y desde ese momento pasó a ser conocida como Ormegnias la Vieja.

 

En poco tiempo, sus grandes recursos humanos y económicos dieron a la Orden un enorme poder político y militar, que dura hasta hoy. Dispone de tierras y castillos a lo largo de toda la frontera de Mari y, sobre todo, dentro de Media y al norte de Illia, ejercitando un señorío feudal sobre miles de vasallos. Es capaz de aportar, a título individual, hasta 2000 caballeros al campo de batalla, una fuerza considerable en estos tiempos. Además, disfruta de autonomía, lo cual ha traído consigo diversos enfrentamientos con los reyes de Koraan, dado que la Orden no les obedece a ellos, sino al Maestre. Sólo se reconocen superiores espirituales: el Abad de Ormegnias y, en último término, el de Laen.

 

Con la conquista de la península de Media, y su aportación a la defensa del mundo oriental frente a la amenaza de los orcos, gradualmente ha ido desapareciendo el espítitu religioso. Sin embargo, algunos hoy en día la acusan de tener como su única razón de existir la generación de ingresos, procedentes de sus grandes dominios, y la conservación de sus reliquias.

 

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