Imperio de Cadal

 

Ciudades y habitantes

 

Desconocidos. Se sabe que hay humanos entre sus habitantes. Estos humanos tienen el cabello oscuro y los ojos grises, y son en promedio altos o muy altos. A sus comerciantes y embajadores se les describe como gente altiva y seguros de sí mismos, en ocasiones llenos de orgullo. Sus guerreros, apodados por los caristios "la guardia negra", tienen un aspecto imponente, si bien no hay constancia de enfrentamientos con ellos.

 

Gobierno e historia reciente

 

Desconocido. Antaño fue el gran rival de la desaparecida civilización nasda, pero los escritos sobre esa época son muy escasos.

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El único contacto con Cadal es el conocido como Galeón de Cadal, una flota de gran tamaño de barcos de guerra y de comercio a partes iguales, que llega a Navara una vez al año (previa escala en Nueva Navara) desde hace siglos. Sus barcos dejan pequeños a los barcos de cualquier reino o ciudad-estado, con esloras de hasta 50 metros. En los mascarones de proa de sus barcos siempre hay una pequeña rama (no una mera representación de la misma, sino una rama real) de un extraño árbol que no crece en el mundo conocido.

Cuando desembarcan, imponen sus precios, no regatean, y cierran acuerdos con gente que consideran de confianza, entre los que se encuentran algunos de los individuos más ricos de Navara, afortunados poseedores de concesiones y acuerdos con los cadalienses. Una vez venden sus productos, llenan sus bodegas con productos locales y marchan, todo ello en menos de una semana. Se sabe que suelen comprar acero de los enanos de las Montañas de Fuego, maderas exóticas de los telperï, y productos manufacturados caristios de tipo tecnológico.

 

Los Alrededores

 

Cadal está al sur del continente. Al norte de Cadal están las estepas verdes del Vacío de Helm. No se sabe más. Los intentos por circunnavegar el continente para llegar a Cadal han sido infructuosos (varias expediciones se intentaron en el pasado, ninguna regresó).

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Idiomas y cultos

 

El idioma es el cadaliense, pero no lo usan en sus intercambios comerciales y mucho menos lo enseñan.

 

Sobre sus cultos, son desconocidos. Hay mucha especulación acerca de sus ritos, en general se les pinta como gente terrible que entrega a sus hijos en sacrificios brutales, pero las gentes más doctas rechazan estos relatos, más propios del populacho ignorante.

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