El Jardín de la Noche
Esta institución, con sede en la ciudad de Navara, fue fundada en el año 313. Es, por tanto, muy antigua.
Su nombre deriva en parte de las prácticas iniciales de los primeros hechiceros navaros, que acostumbraba a trabajar de noche y en secreto, pues la magia no ha sido siempre bien vista entre los ciudadanos, a menudo presa de las supersticiones típicas entre la gente ignorante. Hoy en día Navara es una ciudad tan grande, multicultural y acostumbrada a los cambios, que la magia no genera miedos o supersticiones entre los navaros, y los hechiceros realizan sus hechizos tanto de día como de noche.
Tampoco es que haya muchos hechiceros en la ciudad, y lo mismo ocurre en los demás reinos. Sin embargo, sus increíbles dotes y la antigüedad de la institución les han dado mucho poder y riqueza. Riqueza que sirvió para que la actual estructura de los Jardines de la Noche, que data del año 726, se financiara sin problemas tras una obra colosal y costosísima que duró varios años, y muy necesaria pues tras el terremoto del 672 el anterior edificio quedó afectado. Se construyó en el mismo lugar de la anterior sede y respetando, eso sí, el concepto original de la estructura, que siempre tuvo zonas ajardinadas en su techumbre (de ahí la otra parte de su nombre).
La actividad de los hechiceros en Navara siempre ha sido muy grande, llegando a involucrarse en los asuntos de la política y la gobernabilidad del reino, así como en sus conflictos. En los tiempos de la Liga de Navara, todo barco de guerra de la armada llevaba a bordo a un hechicero de combate. Con la pérdida de poder del reino en los últimos siglos y el declinar de la magia acaecido a partir de los Años Oscuros (siglo sexto), el número de hechiceros decayó seriamente en Navara, y en todo el mundo. Cada vez nace menos gente apta para canalizar la esencia mágica de las cosas, o para crear la magia desde su propia mente. El problema ha ido a más desde, como se ha mencionado, los Años Oscuros, y sólo se ha visto paliado levemente tras la llegada de los elfos telperï, suceso en torno al cual hay gran consenso entre los hechiceros, trajo consigo un aumento de los nacimientos de candidatos aptos. ¿Qué hay detrás de este fenómeno? Nadie lo sabe, y los elfos tampoco dan respuesta a estas incógnitas.
Entre los departamentos del Jardín de la Noche existentes hoy en día, pues con los siglos han sido cambiantes, figuran el de Defensa y Seguridad del Reino, Ingeniería y Obras, Información y Transporte, Captación y Educación y, por último, Manufactura y Alquimia.
Dentro del departamento de Defensa y Seguridad del Reino están algunas de las brigadas del Jardín de la Noche más famosas entre la ciudadanía navara: los corax o guardia corax, magos especializados en combate, los krifios o guardia krifia, de los que se dice son capaces de desaparecer ante los ojos de todos, y los emisarios solares, un selecto cuerpo de hechiceros que dicen, si hacemos caso a las habladurías de algunos, son capaces de volar mientras siembran la destrucción a sus pies. Sin embargo, y en general, las intervenciones de los hechiceros suelen buscar la discreción y son contadas las ocasiones en las que hacen exhibición pública de sus poderes.
La entrada al Jardín de la Noche está permitida exclusivamente a los miembros. La única forma de entrar sin ser miembro es vía invitación, algo que no ocurre a menudo. Las invitaciones suelen cursarse a personas de gran importancia, sea por su estatus o por su relevancia. Evidentemente, intentar entrar en un lugar así sin invitación es temerario, y mucho.
Normalmente los hechiceros miembros trabajan en la misma sede, y sólo la abandonan cuando deben desplazarse por motivos de gran necesidad o por las exigencias de su trabajo. Existen algunos hechiceros que, siendo expulsados por su comportamiento o por no estar a la altura, vagan por doquiera les lleve su suerte, ofreciendo sus servicios. Estos hechiceros díscolos suelen ser poco poderosos y se les tiene por gente perdida en el Jardín de la Noche. Y obviamente, aunque fueron miembros, tienen absolutamente vetada su entrada a la sede.