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Los desafíos o exhibiciones de proeza zenda

Antecedentes

 

El origen de esta tradición es tan antigua que se pierde en los anales de la historia, aunque cierta leyenda parece explicar lo que motivó a los zenda a comenzar con esta tradición. En todo caso, la guerra, el valor y el ocio como formas permitidas de placer, estatus y prestigio (en épocas de paz) parecen una creencia enraizada en el corazón de la mitología zenda. Las formas de ocio zenda obedecen a un criterio meritocrático demostrado por el valor, la hazaña y la valentía. 

 

Cuenta la leyenda, muy popular entre los zenda, que tres gigantes bajaron del norte, muy hambrientos, y entraron en un pueblo zenda donde empezaron a arramblar con todo lo que fuera bebestible o comestible. Saciados, se echaron a dormir en una cuadra del pueblo, roncando con gran estrépito. Los lugareños, asustados, no se atrevían a contrariar o molestar a los tres dormilones, excepto uno llamado Zazpi, que indignado, hizo frente a los gigantes, sacándoles de su sueño e invitándoles a abandonar la aldea. Uno de los gigantes, mostrando respeto ante tal valor, le pone a prueba, y le dice que se irán si les derrota en tres pruebas diferentes: comer, beber y levantar piedras. El valeroso zenda aceptó, pero añadió una prueba, correr, dando lugar al primer desafío, bastante parecido al que se conoce hoy en día. Los lugareños sacaron más comida y bebida que habían escondido, entre las sonrisas de los gigantes que, confiados y engreídos, no se esperaban lo que vendría a continuación. El valiente Zazpi no se esforzó en comer y beber tanto como los gigantes, pero les ganó fácilmente corriendo, llegó el primero al nacedero del Zentari, y tiró pendiente abajo toda piedra que él no pudiera levantar. Cuando llegaron los gigantes, confusos por su ebriedad, les convenció de que ganaba esa prueba también porque era el primero en levantar la única piedra que había allí. Así, quedaban empatados. Los gigantes, enfadados, lo derribaron de una bofetada, pero Zazpi se levantó y desafió a uno de ellos a luchar. El combate parecía desigual, pero el gigante, nublado el sentido y sus destrezas por el alcohol, no vio venir un certero golpe que le golpeó en su talón y le hizo hincar la rodilla, para recibir un golpe mortal de Zazpi. Los otros dos aceptaron a Zazpi como ganador del reto, y abandonaron el pueblo, pero juraron volver al año siguiente a por más.

 

Los desafíos

Una vez al año, el sexto día del mes sexto, hombres zenda de todos los rincones del mundo conocido viajan hasta Descirón para participar en los desafíos. Las pruebas se dividen en seis modalidades, y sólo los zenda pueden presentarse, y sólo pueden optar al desafío una vez en su vida. Los desafíos son en secuencia, por lo que sucede que muchos se reservan en las rondas previas con la esperanza de llegar entero al desafío en el que considera tiene más opciones. De media se presentan unos 200 aspirantes al año.

 

Quién come más o desafío de la tripada: Amanecer, primera hora. Se sirve la misma cantidad de carne a los aspirantes, 50 kilos de carne de cerdo y vaca, que nunca nadie ha sido capaz de terminar. El ganador suele ser el que más kilos consume antes de retirarse o desfallecer.

 

Quién bebe más o desafío de la cerveza: A la mañana, tercera hora. Como el caso anterior, sólo que con cerveza. Se sirven 100 litros de cerveza por aspirante. El ganador suele ser el que más litros consume antes de retirarse o desfallecer.

 

Quién corre más o desafío de las piernas: Mediodía, quinta hora. Los aspirantes, con la tripa llena y a menudo borrachos y tambaleantes, deben correr 30 kilómetros remontando el río Zentari desde Descirón hasta su nacedero, un tramo donde la altura del agua no excede el metro. El primero en llegar gana. Algunos, muy ebrios, llegan en los días siguientes pues hasta se pierden en el camino (aunque parezca difícil extraviarse cuando se sigue el cauce de un río).

Quién tiene más fuerza o levantamiento de piedras: Atardecer, décima hora. En el nacedero del rio Zentari esperan piedras de distintos tamaños, desde unos modestos 30 kilos de peso hasta los 500. Las piedras deben levantarse por encima de su cabeza. El que levante la mayor de entre todos gana esta prueba. Muchos siguen borrachos y algunos ceden ante el peso de las piedras que intentan levantar, produciéndose accidentes.

Quién tiene la cabeza más dura o desafío de los bofetones: Anochecer, décima hora. Este desafío es por parejas y eliminatorio previo sorteo. Los aspirantes se dan entre sí sordones con la mano abierta y de forma intercalada, hasta que uno cae inconsciente o se retira por el dolor en sus mejillas. Los más brutos y tenaces son capaces de recibir mucho daño antes de retirarse.

 

Quién lucha mejor o desafío a muerte: Noche, duodécima hora. Muchos de los aspirantes han quedado en el camino, por motivos obvios. Como la anterior, es desafío por parejas y eliminatorio. Esta prueba no es tan peligrosa como parece, pues cualquier zenda puede retirarse dando dos golpes en el suelo o en su brazo, y el oponente aceptará la rendición. Pero si ninguno de los dos cede y ocurre que ambos luchan de manera obstinada, es bien probable que uno fallezca, sobre todo según nos acercamos a las rondas finales.

 

Participaciones reseñables
 

Los treinta: En el año 415, tras seis años de prohibición de los desafíos por parte de los nasda, se presentaron treinta zenda en Descirón, pese a la prohibición, con la determinación de participar en los desafíos. El pequeño contingente local de los nasda que trató de impedirlo fue aniquilado por los treinta candidatos, que sufrieron heridas pero que acto seguido iniciaron el desafío entre el entusiasmo local. Los textos nasda de la época, no se sabe si verídicos o más cercanos a la propaganda, narran que la prueba de la tripada se hizo a base de la carne de los soldados muertos, y la prueba de la cerveza se hizo bebiendo en los cráneos de los mismos. Realizaron las siguientes pruebas hasta la última, donde en lugar de combatir entre sí, se juramentaron en marchar juntos hasta Zentail y combatir con los nasda. En su camino se les unieron muchos otros, pero el arconte nasda de la región decidió apaciguar los ánimos y levantó la prohibición y repartió cerveza entre la población, antes de que la comitiva de candidatos acabara provocando una rebelión generalizada.

El campeón de la hidromiel: En el año 698 Valakuenta el desafiante exigió hidromiel en lugar de cerveza para la segunda prueba, ganando el desafío aun siendo la hidromiel bebida mucho más potente y difícil de trasegar. Se reservó en las pruebas siguientes, pero en las dos últimas ganó de nuevo, pues sus bofetones eran tan descomunales que sus rivales apenas aguantaban tres envites, y matando a su oponente en la prueba final con un tajo que partió en dos al desgraciado, cuyo nombre nadie recuerda, desde el hombro hasta ombligo.

Campeón de campeones: En el año 843 un zenda de nombre Skírnir se dice fue capaz de ganar las dos primeras pruebas, y aun así ser capaz de llegar justo a tiempo para el levantamiento de piedras, que no ganó, pero si lo hizo de nuevo en el desafío de los bofetones, donde parecía podía aguantar todo lo que le echasen, hasta los sordones más sonoros y contundentes. Con tres victorias de cinco, su participación en el último desafío fue memorable, pero cayó en la final ante Gymir el gigantesco, que le perdonó la vida aunque Skírnir, derrotado ya, nunca hizo el gesto de rendición. Se dice que cuando se lo llevaron de vuelta a Descirón, semi-inconsciente, seguía gritando a Gymir, en su imaginación, que no se rendía.

Desafío zenda - sordón.jpg
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